lunes, 26 de octubre de 2009

Respuestas de la primer semana

Pregunta uno

El hijo de la novia (2001). Dir. Juan José Campanella, Argentina.

Con Ricardo Darín (Rafael Valverde), Héctor Alterio (Nino) y Norma Aleandro (Norma). 

Super rica comedia argentina que cuenta el final de una historia de amor. Nino quiere casarse otra vez con su esposa de toda la vida, Norma. El problema es que ella tiene Alzheimer y su hijo, Rafael, está, digamos, un poco desencantado de la vida, porque su negocio no anda tan bien como él quisiera. Como toda buena comedia, tiene un final feliz y es un buen dulce dominguero para estos tiempos de crisis. El muchacho que sale en la foto es el tiernísimo novio. ¿Quién no quiere uno así? Acá una secuencia.



Pregunta dos

Once (2006). Dir. John Carney, Irlanda.

Con Glen Hansard (el muchacho), Markéta Irglová (la muchacha), Hugh Walsh, Gerard Hendrick y Alaistair Foley (la banda borracha). 

He aquí un encuentro casual entre un músico callejero y una emigrante checa en una hermosa calle de Dublín. El muchacho acaba de regresar de Londres con un corazón partido que trata de curar ayudándole a su papá a arreglar aspiradoras y tocando en la calle. Ella trabaja duramente (como todos los migrantes) y tiene, casualmente, una aspiradora que no sirve. Juntos, estos muchachos comparten el gusto por la música, arman un grupo con otros músicos callejeros y nos hacen partícipes de un momento en sus vidas, donde definen muchas cosas. El final es, parafraseando a los Rolling Stones, no lo que el espectador quiere, sino lo que necesita. Y por eso la pelí es una belleza.  La banda sonora es una buena opción para aquéllos que están pensando ya en su regalo de la trivia. De lo mejor que se ha hecho en los últimos años. Si no me creen échenle un ojo a esto.


Pregunta tres

Les cuatre cents coupsLos cuatrocientos golpes, (1959), Dir. François Truffaut, Francia. 

Con Jean-Pierre Léaud (Antoine Doinel), Claire Maurier (la mamá suya de él) y Albert Rémy (Julien Doinel). 

Famosísisisima pelí del famosísisisimo Truffaut. Y es lo único que debería decir al respecto. Los 400 golpes no son otra cosa que los que la vida le da al pobre muchacho Antoine, un rebelde con causa, hijo de una madre que no lo quiere, de un padrastro que lo tolera y de un sistema que lo obliga a robar, a cuestionar esquemas y a aprender a vivir la vida a partir de uno mismo. Truffaut es uno de los grandes maestros del cine francés (y del cine en general). Y ahí es cuando compruebo mi teoría de que los hombres (y mujeres) más inteligentes sobre la tierra son los buenos directores de cine. Aquí les dejo un corto para que vean que no miento. 



Pregunta cuatro

Sichinin no samurai, Los siete samurais (1954). Dir. Akira Kurosawa, Japón. 

Con Toshiro Mifune (Kikuchiyo), Takashi Shimura (Kambei Shimada), Yoshio Inaba (Gorobei Katayama), Isao Kimura (Katsujiro Okamoto) y Daisuke Kato (Sichiroji). 

Otra pelí clasiquísima del cine japonés. Así como en el Imperio siempre nos cuentan una de vaqueros, en el Japón nos cuentan una de samurais pero, en realidad, toda la técnica que usa hollywood se la p-l-a-g-i-ó  al maestro Kurosawa. Los siete samurais es la aventura épica de un pueblo de campesinos en el Japón del siglo XV por proteger su cosecha de los bandidos que pretenden robarla. La historia empieza cuando el abuelo del pueblo recomienda a los campesinos contratar los servicios de algunos samurais para protegerse. Así, un convoy de campesinos emprende el viaje en busca de los “elegidos”. La primera contratación, la más importante, es la de Kambei Shimada (Takashi Shimura), un samurai retirado que tiene mucha experiencia en guerras, pues “las ha perdidos todas”. Así, Kambei recluta y convence a otros cuatro samurais retirados para que se unan a una empresa que, en principio, se antoja imposible. Los otros dos “samurais” no lo son en realidad. El primero, Katsujiro Okamoto (Isao Kimura) es un joven campesino que le ruega al
sensei Kambei que lo adopte como su aprendiz. El otro “héroe” es Kikuchiyo (Toshiro Mifune), un joven rebelde hijo de campesinos que, en el proceso, se reencuentra con sus raíces y quien posee un sentido del humor muy particular.  Nuestro "héroes" son hombres, a quienes Kurosawa introduce mediante increíbles close-ups que enmarcan sus diálogos y monólogos melancólicos y teatrales. Hombres, que al final del día, se vuelven el emblema de la esperanza. Acá un cacho. 


Pregunta cinco

Det sjunde inseglet, el séptimo sello. Dir. Ingmar Bergman (1957). Suecia. 

Con Max Von Sydow (Antonius Block), Gunnar Björnstrand (Jöns), Bengt Ekerot (la muerte) y Bibbi Anderson (Mia).  

Y, para cerrar con broche de oro, otro maestro del cine y otra pelí clásica. Todo empieza con una partida de ajedrez. Un caballero medival, que regresa de las cruzadas atormentado por la crueldad de la guerra, sólo para descubrir que en su pueblo, la peste se apodera de todo, reta a la muerte. Una muerte que, como todas sus representaciones es parca, irónica, cruel. El arreglo es simple: mientras Antonius no pierda, seguirá vivo. De otra forma, ¡pelas! 

El resto de la película es un viaje loquísimo, en el que Bergman cuestiona, como en todas sus películas, hasta que la mosca vuele. Al director le gusta jugar y llevar al espectador por un laberinto cuidadosamente construido de esas conjeturas que el hombre se ha planteado desde el inicio de su existencia: la fe, la caridad, el amor, Dios, la muerte y el sentido de la vida misma. Otro obligadísimo filme que sólo les recomiendo ver cuando estén muy descansados y con ganas de filosofar. De otra forma, creo que no les va a gustar mucho. Ahí les van las primeras secuencias. 



Como podrán darse cuenta, la solución de la sopa de letras es como sigue. Agradezco a los muchachos de la "pista de baile" que hayan adjuntado esta super chida imagen. 


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